Gran parte de esa historia de la capital riojana queda reflejada en la Muralla y el cubo de Revellín. Dos puntos clave del Logroño monumental. Las Murallas del Revellín son los restos de las fortificaciones que tuvo la ciudad de Logroño, de las que se conservan el Cubo del Revellín (torreón ubicado en la esquina noroccidental del recinto) y la puerta que da al oeste. El Cubo del Revellín es el lugar donde se encontraban las troneras para los cañones, albergando los visores para los tiradores. En la parte inferior se hallaba un polvorín donde se almacenaban las municiones y los cañones. Esto es solo una pequeña muestra de todo lo que cuentan estas construcciones que han permanecido en pie a lo largo de la historia.
El entorno nos cuenta mucho de cada sociedad. Los acontecimientos históricos siempre dejan su propia huella tanto en la sociedad como en sus construcciones.